miércoles, 16 de febrero de 2011

Frederick Forsyth psicoanaliza a los capos del narcotráfico en 'Cobra'

El autor británico Frederick Forsyth ha presentado su última novela, el thriller Cobra, en la que traza con su habitual precisión todo un mapa interactivo del narcotráfico, pasando de los grandes capos colombianos, siniestros y fríos, a los camellos de poca monta.
foto: PLAZA&JANES
El tráfico de cocaína mueve miles de millones de dólares cada año pero, un buen día, el presidente de Estados Unidos decide terminar con el narcotráfico. Para ello, contrata al exagente de la CIA Paul Deveraux, más conocido como Cobra, un hombre tan despiadado como efectivo.
Así comienza este thriller adictivo y estimulante, que trae de vuelta al autor de Chacal, la novela que revolucionó el género hace ya cuarenta años. Frederick Forshyth, que debutó en la narrativa con la obra por la que probablemente será recordado, tuerce el gesto cuando le pregunta sobre el asesino frustrado de Charles DeGaulle. Hoy, prefiere hablar de Cobra.
   "No es algo habitual, pero tanto Paul Deveraux como Cal Dexter aparecían ya en otra de mis novelas (El vengador, 2003). Aquí luchan contra los narcos, contra esos hombres que dicen ser empresarios, que hablan de negocios, pero que en realidad son sociópatas", explica.  
   Empleó aproximadamente un año en documentarse y recorrió gran parte de los escenarios que aparecen en
la novela, desde Bogotá a Milán, pasando por Cartagena o el África occidental. Así fraguó el armazón de su nueva obra, nacida de su interés por la actualidad.
    "La mayor parte de las ideas las obtengo leyendo. Leo mucho sobre actualidad y hace unos tres años me di cuenta al leer, a lo largo de varios meses, que había intervenciones policiales en Caribe y en aeropuertos de todo el mundo, donde se había descubierto cocaína. Me di cuenta de que había una guerra encubierta de la que no sabemos mucho", ha precisado.
   Según el autor, los políticos prefieren luchar contra los narcos antes que legalizar las drogas, aunque, en su opinión, tampoco destinan todos sus esfuerzos a terminar con los delincuentes. "Los políticos saben que acabar con el narcotráfico provocaría una guerra civil entre los gansters. Imagínese que Madrid se convierte en Ciudad Juárez", asegura.
LA FASCINACIÓN POR LOS MAFIOSOS
A pesar de su "crueldad", los mafiosos continúan despertando "fascinación" entre los lectores y los cinéfilos, inundando de glamour aquello de "Solo son negocios, chico". "Esto solo se entiende después de El padrino, la novela de Mario Puzo. Su don fue presentar a personajes a Vito Corleon como un personaje glamuroso. La policía le odió por ello", añade.
   Las obras sobre la mafia se han convertido en todo un subgénero. Directores como Martin Scorsese o Guy Ritchie se mueven con soltura entre gansters y camellos; escritores como Roberto Saviano muestran su lado menos glamuroso y series de televisión como Boardwalk Empire (producida por Scorsese) y Breaking Bad siguen cautivando a los espectadores, dibujando personajes al límite, capaces de lo mejor y de lo peor, sobre todo de lo peor.
   "Los mafiosos se consideran hombres de negocios. Dicen cosas como Si nos debes dinero, debemos obligarte a pagar. Pero los empresarios te llevan a juicio. Los mafiosos te parten las piernas y luego te matan. Ahí el negocio se convierte en delito", subraya en tono jocoso.
   Nacido en Reino Unido en 1938, el autor revolucionó el thriller con su primera novela, Chacal. Desde entonces, y gracias a su "sorprendente" éxito, se dedicó a escribir para no seguir arriesgando la vida en África como piloto de la RAF, las fuerzas áreas de Reino Unido.
   "No tenía experiencia, era todo nuevo. No sabía la fórmula para escribir. Chacal ocurrió por accidente. Incluso a las editoriales les sorprendió. Después de eso pensé: Esto es más fácil que arriesgarme a que me maten en África, y me dije: Voy a escribir otro", concluye el autor.

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